Echaremos en falta entrar en clase y que nos reciban con un beso o un abrazo la maestra y algún compañero emocionado de vernos que ya estamos allí para jugar, porque la estaban esperando. Y aunque a veces teniamos el día torcido aún así se esperaban a que se hubicara en la clase. Dejaremos de hacer payasadas, enfados, empujones, quitar motos, estar tranquilos mirando el álbum de fotos familiar explicando a los compañeros quien es quien. Enseñarlos la camiseta este año se convirto en todo un acontecimiento ya que tenía que tener dibujo.
Decimos adiós a todas esos profesionales que han tenido la gotas de paciencia para aguantar el carácter de miniyo y poco a poco irlo domando, han sido paño de lágrimas en muchas ocasiones y afrontar que su mama, mami o mamita se tenía que marchar, han regalado mimos en esos momentos que se ponian malitos hasta que llegara alguien a llevarselo, han intentado calmar y hacer dormir a unas fieras que lo que querian era jugar, han enseñado canciones con gestos para que les fuera más fácil recordar, han descubierto los colores, han guarreado con las pinturas, han descubierto nuevas texturas y nuevos juguetes, se han sentido niños grandes en un cole de peques.
Nos vamos con pena por acabar pero nos llevamos una gran mochila llena de experiéncias.
Gracias por toda la dedicación y esfuerzo que eso conlleva.
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